Finca Santa Luzia

Esta finca construida a finales del siglo XIX está ubicada en la avenida de Alicante, nº 38, al oeste del pueblo de Sant Joan, a unos 500 metros del monasterio de la Santa Faz. Esta finca fue utilizada originariamente para la explotación agrícola y posteriormente se habilitó como vivienda, aunque conservando parte del terreno a una huerta. Desde 1972 hasta 2017, en la finca se encontraba el restaurante El Jabalí, especializado en cocina francesa. Fue en 2017, cuando tras 45 años de actividad, el restaurante cerró sus puertas debido a la jubilación de su propietaria.

Actualmente se ha restaurado la finca, así como sus jardines, convirtiéndose, en la Finca Santa Luzia, un Gastrobar & Eventos, perteneciente al Grupo Juan XXIII. La restauración ha dado a la finca un ambiente moderno, actual, y a la vez cálido y acogedor. El empleo de materiales nobles, como el acero y la madera crean un espacio innovador a la vez que respetuoso con la tradición. Así mismo, en lo que respecta al edificio principal de la finca, la restauración realizada ha sido respetuosa manteniendo su aspecto originario y sus materiales.  

En sus orígenes esta finca se llamaba «Finca El Jabalí» constaba de dos alturas. La construcción se configuraba mediante dos cuerpos, uno delantero y otro trasero con sendas cubiertas a dos aguas diferenciadas. La planta superior se retranqueaba en el cuerpo trasero para conformar una terraza corrida. Debido al cambio de uso de la edificación, se produjeron  modificaciones que afectaron  principalmente a la tabiquería, aunque mantubieron los elementos estructurales funcionales básicos, de forma que era reconocible la disposición inicial. El suelo aún conservó la cerámica original y en él podíamos ver las huellas de la antigua tabiquería. Las cubiertas de teja plana se apoyaban sobre unas ménsulas de madera.

Orientada al camino de acceso se encuentra la fachada principal, tiene una composición geométrica muy original, caracterizada por la disposición de los huecos con gran variedad de tamaños. Llama especialmente la atención la enorme dimensión de los dos ventanales de la planta noble, separados por un portaluz intermedio. Los paramentos son blancos con un recercado verde en los vanos. Como elementos ornamentales destacan los azulejos dispuestos en los alféizares de los huecos en la fachada principal, característicos de finales del siglo XIX.

En el patio delantero podiamos observar un limonero y una enfilada de setos que corría en paralelo a la carretera. Junto a este espacio aún se conserva un espléndido almez de casi cien años. El almez aún abriga uno de los espacios exteriores más impresionantes del municipio, una inmersa pérgola tupida de vegetación tapizante. Cuando el calor arrecia, este lugar tiene un microclima muy agradable, y en épocas señaladas como Santa Faz se convierte en un oasis para los privilegiados que puedan acceder a sus instalaciones. Palmeras, jacarandas, alineaciones de cipreses y un sinfín de arbustivas y tapizantes complementan los jardines otorgando al conjunto gran singularidad y belleza.