Se conoce que a principios del siglo XX fue propietario de esta residencia D. Tomás Torregrosa García. Todas las fachadas de la Villa Carmen han sido muy modificadas, siendo la más importante la recayente al jardín. El resultado de las diversas intervenciones en ellas ha sido la pérdida de la composición simétrica de las mismas. En la planta superior encontramos las estancias públicas y privadas del propietario. 

Como elementos ornamentales destacan el pavimento de piezas rectangulares de cerámica de color amarillo dispuestas en forma de espiga en el vestíbulo; baldosas cuadradas de cerámica en damero rojo y amarillo en la planta noble; pintadas de color marrón; los aleros formados de ladrillos cerámicos pintados en rojo almagra y blanco; los balcones sujetos mediante pletinas de escaso espesor, con tableros de madera y los antepechos de hierro forjado sin ornamentación. La antigua bodega, al oeste de la vivienda y con acceso diferenciado a mediodía, se ha convertido, actualmente, en dormitorios. Hoy en día, encontramos otra bodega adosada a la fachada norte.