El Tesoro de Sant Joan d’Alacant

Este extraordinario conjunto de monedas de época contemporánea fue hallado en nuestro municipio el 13 de abril de 1963. Es el tesoro de estas características más interesante e importante de la provincia de Alicante por la riqueza y vistosidad de sus monedas, por el espléndido estado de conservación de algunas de ellas y porque es una excelente muestra de la moneda de oro y, sobre todo, de plata que había en circulación en la comarca de L’Alacantí durante el primer cuarto del siglo XIX. Actualmente, se encarga de su custodia el MARQ (Museo Arqueológico Provincial de Alicante).

Está formado por 15 monedas de oro y 486 de plata, acuñadas por los reyes y pretendientes al trono comprendidos entre Felipe V (1700-1746) y el archiduque Carlos (1701-1714) y el rey Fernando VII (1808-1833). Las más antiguas se datan en el año 1708 y las más modernas son reales de a 4 acuñados en 1823. El hecho de que éstos últimos apenas muestren desgaste, indica que circularon poco lo que nos permite deducir que el tesoro fue escondido en 1823.

Gracias a la labor documental realizada nos ha sido posible conocer las circunstancias que rodearon este hallazgo. De vital importancia han sido los expedientes custodiados por el MARQ, el expediente archivado en el Archivo General de la Administración (AGA, Alcalá de Henares) “Hallazgo de monedas en finca de San Juan (Alicante) en finca de D. Vicente Ferrer Escrivá” y las noticias de prensa de la época. Todo esto completado con entrevistas a las personas presentes en el momento del descubrimiento o con familiares suyos.

Así, sabemos que este tesoro se encontró en la casa ubicada en el número 6 de la calle Colón de Sant Joan d’Alacant cuando se estaban realizando trabajos de reforma por parte de la persona que acababa de comprar la vivienda. En aquel momento, estaban trabajando el propietario de la casa, Vicente Ferrer Escrivá, José Sala Pastor y Francisco Gosálbez Sala. Cuando se disponían a derribar un muro de la casa, se descubrió que en él se había dejado un espacio en el que se había guardado una olla de cocina de unos 20 cm de diámetro dentro de la cual estaban guardadas las monedas.

A las pocas horas, Vicente Ferrer Escrivá, cumpliendo con la legislación vigente del momento, que establecía que eran propiedad del Estado las antigüedades halladas casualmente, se desplazó al Ayuntamiento con el conjunto de monedas y la olla, que allí quedaron depositadas y custodiadas previa realización de un inventario. De ahí, tras una serie de informes, el 27 de junio del mismo año se formalizó el Acta de depósito del conjunto en la Excma. Diputación Provincial de Alicante. El 10 de octubre se designó a Manuel Jorge Aragoneses, entonces director del Museo Arqueológico de Murcia, como tasador procediéndose al recuento, catalogación y valoración del conjunto. Finalmente, en 1967 la Administración adquirió el tesoro con destino al Museo Arqueológico de Alicante, reconociendo a Vicente Ferrer Escrivá como descubridor y propietario de la finca donde se halló el conjunto.

El estudio numismático realizado y los datos obtenidos de las circunstancias del hallazgo han permitido extraer conclusiones históricas de gran valor. Aunque haya pasado más de medio siglo, los datos obtenidos nos han permitido reconstruir una microhistoria sobre el perfil socioeconómico de quien escondió el tesoro y que se enmarca coherentemente con los acontecimientos vividos en la comarca de L’Alacantí durante el año 1823. Esta fecha viene marcada por la entrada de en España de los Cien Mil Hijos de San Luis y el fin del Trienio Liberal. Episodio vino acompañado de una represión absolutista que sufrieron los liberales de Alicante a raíz de la capitulación de la ciudad ante las tropas absolutistas en noviembre de 1823. Es del todo lógico, en este ambiente de incertidumbre e inestabilidad, que el propietario original de las monedas quisiera esconderlas.

En aquel momento, la población de Sant Joan d’Alacant, cuyo término quedaba dentro de la conocida como Huerta de Alicante, basaba su economía en la agricultura. Tras el estudio de los documentos, se concluyó que quien ocultó el tesoro fue Antonio Quereda Chápuli, natural de Sant Joan d’Alacant, propietario de la casa el año en el que se depositó el conjunto, jornalero y que murió sin hacer testamento y sin herederos directos. Este tipo de escondrijo delata que debió de construirlo el propietario del tesoro y de la casa, ya que estaba convenientemente preparado y pensado para guardar, en lugar seguro y durante años, una acumulación de riqueza con la intención de recuperarlo más adelante. Pero a su muerte no informó a nadie de su existencia y allí permaneció oculto durante 140 años hasta que sus descendientes vendieron la casa en 1834 ignorando lo que el inmueble escondía.

Este hallazgo, aún medio siglo después, permanece en la conciencia colectiva de Sant Joan d’Alacant puesto que fue un gran acontecimiento para el municipio dada su naturaleza y circunstancias. Además, se trata de un ejemplo de actitud cívica y modélica de las personas que lo encontraron permitiendo que el tesoro llegase íntegramente hasta nosotros preservándose como un documento excepcional de la historia de Sant Joan y de Alicante.

Conjunto de las monedas del tesoro de Sant Joan d’Alacant