Finca Abril
Un majestuoso portón da la bienvenida a moradores y visitantes. A través de un camino empedrado, rodeado de vegetación tupida, accedemos al atrio en el que se encuentra el edificio principal y una pequeña ermita del siglo XVIII. La fachada de la casa es un elenco de elementos típicamente decimonónicos, como muestran sus sofisticados huecos rasgados o la decoración de sus jambas y dinteles. Pero sin duda sus componentes más singulares son las cubiertas inclinadas, rematadas en crestería cerámica, en la que destaca una torre de madera labrada y balcón corrido, con una cubierta a cuatro aguas revestida en zinc.
La vivienda consta de tres alturas con grandes ventanales y terrazas desde las que disfrutar de los jardines, de forma que el magnífico paisaje exterior participa de las dependencias interiores. Los jardines se conciben como un lugar de sosiego y deleite. Se articulan mediante un conjunto de parterres delimitados por los caminos y enfiladas. Pérgolas de hierro forman una bóveda continua de arbustos, acompañadas de esculturas y fuentes. Existen numerosos árboles monumentales entre los que destacan varios ejemplares centenarios: una araucaria, una falsa pimienta, un pino canario, un pino carrasco, diversos pinos piñoneros, una buganvilla de aproximadamente 100 años y un ficus de más de 130 años. Todo este conjunto conforma un entorno que acaricia el visitante gracias al contraste de sus claroscuros, al sonido del agua y de los pájaros, a los aromas de la primavera y a los espacios sombreados donde protegerse del sol durante las estaciones de calor.
En la parte oeste se sitúan las casas del servicio con sus singulares fachadas coloreadas en rojo almagra y amarillo albero. La ermita está emplazada al este de la finca, estando consagrada a Nuestra Señora del Rosario. A mediados del siglo XIX, contrajeron matrimonio D. Ramón de Campoamor y Campoosorio, gobernador Civil de Alicante, y Dña. Guillermina O’Gorman, dama perteneciente a una acomodada familia irlandesa afincada en Alicante. La ermita no quedó incluida definitivamente en la propiedad hasta los años 40 del siglo XX, aún hoy se conserva la puerta que linda con la avenida Miguel Hernández.
La finca ha sido testigo de importantes acontecimientos de la historia de Sant Joan, atravesando por épocas de esplendor y decadencia. Hoy en día el conjunto se destina a la realización de eventos y celebraciones, llamada Jardines de Abril, lo que ofrece la posibilidad a cualquier ciudadano con ciertos recursos de disfrutar por unas horas de los placeres burgueses de época decimonónica.
¿Sabías que…?
Durante el siglo XVIII finca Abril perteneció inicialmente al canónigo D. Abril. Su hermana Dña. Margarita Abril acabó heredándola, y con posterioridad lo hizo su hijo D. Antonio Ferrándiz y Abril. Seguidamente, en la primera mitad del XIX, fueron copropietarios de la mansión D. Jaime Maisonnave, célebre empresario vitivinícola y su esposa Dña. Leonor Cuyatar. En 1863 tras la muerte de su madre, hereda la finca su hijo primogénito, D. Eleuterio Maisonnave y Cutayar, quien sería alcalde del Ayuntamiento de Alicante entre 1869 y 1873. Tras su fallecimiento en 1890 la finca fue vendida a su amigo D. Rafael Beltrán Ausó, diputado a Cortes, senador y abogado alicantino y más tarde pasaría a su hijo, D. Rafael Beltrán de la Llave, quien había nacido en la casa.
Comenzada la Guerra Civil, la finca fue requisada por la República para instalar una colonia infantil. El proyecto dirigido desde Madrid por Dña. Dolores de Rivas Cherif -esposa del presidente del gobierno y presidente de la Segunda República Española, D. Manuel Azaña Díaz- consistía en evacuar y dar cobijo a niños madrileños. Uno de ellos, Lauro Olmo, fue enviado junto a unos 70 muchachos a esta finca. Aquí estuvieron tutelados por diversos maestros procedentes de las Misiones Pedagógicas, como D. Manuel Giner de los Ríos, que los preparaban para el ingreso en el Instituto de Alicante.
En la década de los 70, el arquitecto municipal de Alicante D. Miguel López González, dirigió las obras de remodelación. Desde hace unos años la finca se reconvierte en espacio de servicios para uso de ocio y eventos, Jardines de Abril, lo que ha permitido al conjunto mantenerse en un aceptable estado de conservación.