Fogueres de Sant Joan
La fiesta de les Fogueres de Sant Joan son las Fiestas Patronales de Sant Joan d’Alacant, que se celebran anualmente entre los días 20 y 24 de junio en honor a San Juan Bautista, patrón del municipio.
Esta fiesta tiene gran antigüedad en Sant Joan, puesto que, desde la conquista cristiana, la primera iglesia ubicada en la mezquita del periodo islámico, fue dedicada a San Juan Bautista y el pueblo tomó este mismo nombre. La importancia y devoción a San Juan Bautista viene de muy atrás, puesto que en el II Sínodo de la Diócesis de Orihuela celebrado en 1600 se le concedió a la fiesta del 24 de junio el carácter de precepto, junto a la de la Degollación de San Juan del 29 de agosto.
La fiesta originaria se celebraba con un carácter popular y contaba con los actos religiosos en honor al santo titular, entre los que destacaba la procesión y también otros actos profanos típicos de las fiestas populares como bailes, juegos, pasacalles y otras diversiones, centrándose éstos especialmente en la calle del Mar, en la que San Juan era considerado como patrón de la calle, adquiriendo por tanto aquí la categoría de ‘Sant de Carrer’, además de ser venerado por todo el pueblo.
Además en la noche de San Juan, entre el 23 y el 24 de junio, coincidente con el solsticio de verano, los huertanos quemaban en numerosas hogueras madera y trastos viejos simbolizando el paso a la nueva etapa estival, cumpliendo con una tradición ancestral.
En el año 1928, en la ciudad de Alicante, coincidiendo con la fiesta de San Juan y tomando la idea de las hogueras tradicionales, comenzaron a celebrarse las actuales hogueras gracias al impulso de varios entusiastas como D. José María Py. Se trataba de unos monumentos de madera y cartón formados por ninots, muy similares a los de las fallas de Valencia. Fue el despegue de la fiesta oficial de la ciudad de Alicante, lo que a su vez provocó el declive de las fiestas de San Juan, que se mantuvieron tímidamente con sus sencillos actos festeros.
Sin embargo, en 1967 la costumbre alicantina de hogueras con ninots acabó llegando a Sant Joan. Ese año, algunos vecinos formaron la Peña Taurina de Palomo Linares, entre los que se encontraban D. José García Gálvez, presidente y alma de la fiesta durante muchos años. Con cantidad sobrante de la peña, decidieron costear fiesta para el día de San Juan y montar una hoguera del artista D. Ramón Marco. Para llevarla adelante contaron con la ayuda de los vecinos de la calle San Antonio y la plaza Maisonnave. También se nombró a una Bellea para las fiestas, figura representativa de indiscutible importancia en cualquier comisión fogueril.
En 1969 se formalizó ya la hoguera como comisión festera y comenzaron a desarrollarse estas fiestas con todos sus actos y característicos. Algunos años después, la hoguera comenzó a ser construida por la comisión junto con la hoguera infantil que se plantó durante muchos años en el mercado por la afición de los vecinos. Entre los años 70 y 80, las hogueras del pueblo de sant Joan vivieron sus años de esplendor, generándose una gran afición por parte de muchos vecinos que plantaban monumentos y barracas en numerosas zonas. Algunos barrios como Navarregui o Canyaret destacaron por ser especialmente fogueriles. Sin embargo, las fiestas de hogueras decayeron en favor de las fiestas del Cristo y en la actualidad existe tan solo la comisión de la Hoguera Plaza Maisonnave, la originalmente creada en 1969, la cual planta en la actualidad tres hogueras: Plaza Maisonnave, mayor e infantil, y Plaza de la Constitución.
Actualmente los actos previos se inician con la Presentación del Llibret y la Elección y Coronación de las Belleas y Damas Mayores e Infantiles de las fiestas, las cuales visten el traje adoptado para esta celebración, al igual que en la ciudad de Alicante, indumentaria diseñada por D. Tomás Valcárcel Deza tras la Guerra Civil. También se realizan el Pregón de Hogueras y el Pasacalle del Fuego, con asistencia de comisiones de la ciudad de Alicante y la Bellea del Foc de la ciudad.
La fiesta comienza el día 20 de junio con la plantà de la foguera. Este día es típico consumir coca amb tonyina y bacores, que son dos de los productos típicos de los días de hogueras. La comisión de la Hoguera planta también la barraca junto a su monumento principal y allí se realizan las comidas, cenas y la fiesta nocturna y diurna de estos días festeros.
A lo largo de estos días se suceden las despertàs, los pasacalles, y las visitas de la comisión a diferentes lugares del municipio, participando también en los actos que tienen lugar en la ciudad de Alicante como la Entrada de Bandas y la Ofrenda de Flores a la Virgen del Remedio, patrona de la ciudad.
El día 23, víspera de San Juan, comienzan los actos principales de las fiestas con la Ofrenda vespertina de Flores y Frutos al santo, en la que participan numerosas entidades festeras. El día 23 por la noche, tradicional noche de San Juan, se celebra la cena de sobaquillo y la hoguera de trastos viejos a la vieja usanza, siguiendo la tradición de los huertanos. Esta hoguera se recuperó hace años por la Asociación Cultural Lloixa y reúne a un gran número de personas que se acercan a disfrutar del fuego y el agua que lanzan los bomberos para apagar las llamas una vez éstas han alcanzado su cénit. Tras la quema, continua la fiesta por la noche en el racó de la hoguera.
El día 24 comienza con la despertà de pólvora, música y campanas. A mediodía tiene lugar la Misa Mayor de San Juan y tras, el almuerzo tradicional de este día, se dispara la mascletà. Por la tarde, el acto principal es la procesión de San Juan que recorre las principales calles del municipio acompañada por vecinos y devotos. La imagen porta, habitualmente anudada a una de sus manos, un racimo formado por brevas, haciendo referencia a la fruta típica de estas fechas y al refrán tradicional valenciano: “Per Sant Joan bacores, verdes o madures, però segures”.
Por la noche, tras la cena en el racó, tiene lugar la esperada cremà. Los vecinos acompañados de la banda de música recorren las calles principales procediéndose a quemar los tres monumentos fogueriles, no sin antes haber salvado los ninots indultats. Durante la cremà nunca faltan los fuegos artificiales, la ya habitual banyà para socorrer el calor de las llamas y los sones del himno de hogueras del maestro D. Luis Torregrosa García.
¿Sabías que…?
La fiesta de la Noche de San Juan, coincidente con el solsticio de verano, es una de las más extendidas por todo el Mediterráneo y parte de Europa. Se celebra especialmente en toda nuestra geografía y reviste de un carácter simbólico y mágico, en la que se unen el agua y el fuego, oficiándose en torno a ambos elementos numerosos ritos. En nuestras cercanas playas especialmente es habitual encontrar varios grupos de amigos y familias que acuden a cenar sobre la arena y poco después improvisan sus hogueras entre las cuales cantan, saltan, danzan y beben.
San Juan Bautista, primo segundo de Cristo, es el único santo cuya onomástica se celebra el día de su nacimiento, 24 de junio, y no el de su muerte, 29 de agosto. En Sant Joan d’Alacant también se ha celebrado en muchas ocasiones la fecha del martirio ya declarada de precepto para nuestro pueblo a principios del siglo XVII. La conocida fiesta de Sant Joan el Degollat incluía vísperas, misa solemne y procesión claustral con la artística imagen de la cabeza de San Juan colocada sobre una bandeja de plata que realizaba el recorrido bajo un pequeño palio encarnado portado por niños. Además se realizaban danzas populares en honor del santo. La fiesta desapareció con la Guerra Civil y ya no se recuperó hasta el año 1999 cuando se conmemoraba el bimilenario del nacimiento de San Juan Bautista. Desde entonces, se ha celebrado en algunas ocasiones.
La imagen principal de San Juan preside el altar mayor de la iglesia desde la creación del templo. Una de las que desapareció en la Guerra Civil y que estaba situada en el presbiterio fue donada por D. Juan Maisonnave Cuyatar, el cual veraneaba en la finca Villa Marco mientras que su hermano, D. Eleuterio, vivía en la hermosa finca Abril. Tras la guerra civil se realizó una grande para el altar mayor y otra procesional más pequeña para las que el escultor precisó como modelo a un niño y a un cordero.