Inmaculada Concepción

La fiesta de la Inmaculada se celebra el 8 de diciembre. Conmemora según el dogma de la religión católica la pureza virginal y sin pecado de María desde su nacimiento. Esta celebración apareció en el siglo XII en Europa y se generalizó en el XIV, si bien esta devoción no sería declarada Dogma de fe hasta 1854 por el papa Pío IX, en el ambiente del Concilio Vaticano I.

De entre todas las fiestas marianas, la Inmaculada alcanzaría especial interés en tierras de la Corona de Aragón desde la Edad Media, extendiéndose al resto de España. Entre los primeros defensores del dogma estuvo Ramon Llull que, junto a otros filósofos y religiosos, fueron desarrollando esta idea religiosa y devoción mariana. De todos los reinos, el de Valencia fue el más significado con la Inmaculada a partir del siglo XIV. Tiempo después, los jesuitas tras su fundación aparecieron como promotores de la Inmaculada y los reyes de la monarquía hispánica avivaron su devoción en el siglo XVII, lo que desembocó en 1674 privilegio especial de Alejandro VII para España sobre la celebración de la Inmaculada. Esta continuada dedicación provocó que durante el reinado de Carlos III fuese declarada patrona de España.

En toda la geografía española es muy celebrada la fiesta de esta virgen cuyo día aún es festivo en todo el Estado, y en el cual hasta no hace muchas décadas se celebraba el Día de la Madre. En Sant Joan d’Alacant desconocemos la fecha en que comenzó a celebrarse pero sabemos que la imagen de la Inmaculada se ha venerado en distintos altares de la iglesia con seguridad al menos desde el siglo XVII, lo que hace posible que se festejase esta virgen desde antiguo. En el siglo XIX cuando se construyó la actual iglesia se dedicó una de las capillas de ésta a la Inmaculada tallándose una imagen del escultor Fons y un retablo neogótico de Vicente Bañuls, que desaparecieron en la Guerra Civil, siendo sustituidos ambos por réplicas similares en los años 40. Probablemente éste fue uno de los momentos de más auge de esta devoción mariana que iría en aumento en años sucesivos hasta que en 1913 se creó en Sant Joan la Congregación de las Hijas de María, una asociación formada por mujeres de todas las edades que se encargaban del culto a la virgen y de preparar la fiesta de la Inmaculada, entre cuyos actos religiosos destacaba la procesión vespertina, además de la Novena y las misas.

En la actualidad, la fiesta se sigue celebrando el día 8 y los días previos con la Novena. El día 7 se celebra la víspera con una vigilia y el día de la Inmaculada, tiene lugar por la mañana, la misa solemne en la que participa el Orfeón de Sant Joan y seguidamente la procesión por las calles del pueblo con la imagen de la Inmaculada sobre andas, acompañada por varias personas y la Sociedad Musical la Paz, y todo ello, entre los sones típicos de la pólvora y las campanas. En las celebraciones se utiliza el color azul típico de este día que portan los sacerdotes y varios participantes en sus prendas.

Coincidiendo además que este día es festivo y en muchas ocasiones supone la continuación a modo de puente del día 6 de diciembre, día de la Constitución, se suelen celebrar otros actos populares como mercados artesanales, muestras de comercio y empresas locales o pequeñas ferias con actuaciones culturales, actividades que marcan el inicio de las próximas fechas navideñas con el pueblo ya engalanado para ellas y el alumbrado extraordinario recién inaugurado.

¿Sabías que…?

En la capilla de la Inmaculada de la Iglesia Parroquial se puede observar la lápida sepulcral de la familia de los Torregrossa que reza: ‘estes son les armes i la sepultura dels Torregrosses, que estaven en la Iglesia Vella, Primers de la Conquista’ Esta familia obtuvo derechos de enterramiento en la primitiva iglesia tras la conquista cristiana del siglo XIII, pero al construirse el nuevo templo del siglo XVII, las lápidas del templo fueron destruidas eliminándose todo rastro de aquellas. Sin embargo, la familia Torregrossa protestó por este hecho iniciándose un pleito que ganó obligando el vicario general de la Diócesis de Orihuela a reponer la lápida en el año 1631 que fue colocada en la capilla de la Inmaculada. En el siglo XIX de nuevo la nave central de la iglesia fue demolida para construirse la actual, pero en esta ocasión, la lápida fue respetada, siendo trasladada al nuevo altar de la Inmaculada, en un emplazamiento distinto al anterior.

En la finca La Concepción de Sant Joan se establecieron a finales del siglo XIX los Jesuitas, principales defensores de la devoción a la Inmaculada Concepción de la Virgen. En 1889 Dña. Concepción Pascual del Pobil Estellés, donó esta vivienda y jardines anexos de su propiedad a la Orden Jesuita en calidad de residencia de verano a cambio de que los religiosos llevaran a cabo misiones en la Huerta de Alicante.

Junto a la Inmaculada se celebraron otras fiestas marianas en Sant Joan d’Alacant actualmente desaparecidas como la Asunción de la Virgen o la Virgen del Rosario. La Asunción celebrada el 15 de agosto recuerda el Dogma de fe católica de asunción en cuerpo y alma y coronación de la Virgen. Esta devoción era muy importante desde la Edad Media, y la mayoría de iglesias importantes de Europa estaban consagradas a ella. En el antiguo Reino de Valencia alcanzó gran relevancia muestra de la cual es la actualmente la celebración del Misteri d´Elx, declarado Patrimonio de la Humanidad, que es una representación sacra con raíces medievales desarrollada desde los siglos XIII o XIV y evolucionada hasta nuestros días. En casi todos lugares se celebraban procesiones en este día. En Sant Joan d’Alacant se celebraba la procesión matinal con la imagen yacente de la virgen adornada para esta ocasión con sus mejores vestidos y joyas y rodeada de alábegas, plantas que son típicas de estas fechas. En la actualidad la imagen de la virgen es colocada en el altar mayor donde es visitada por los vecinos, algunos de los cuales siguen rivalizando por ver cuál de sus alábegas es la más grande y olorosa. Habitualmente se puede contemplar en la capilla de la virgen del Rosario.

Otra fiesta mariana importante era la de la Virgen del Rosario. Se celebraba en mayo y octubre y consistía en misas a gran orquesta con participación de muchos músicos y procesión. La devoción por esta virgen arranca en el siglo XIII a raíz de la aparición de la virgen al santo Domingo de Guzmán, y serían los dominicos fundados por éste los promotores de ella. En Sant Joan d’Alacant se construyó una capilla en la iglesia a esta virgen a cargo de la familia Vallebrera en el siglo XVIII, en la que se instaló un artístico retablo churrigueresco y sus sepulturas familiares. Esta fiesta se trató de recuperar a finales de los años 90 a raíz de la restauración de la capilla del Rosario, sin embargo el intento fue infructuoso, quedando la celebración restringida a la iglesia. Algunos consideraron que esta virgen era la antigua patrona de Sant Joan d’Alacant pero esta afirmación no tiene ningún fundamento histórico.