Isidro Buades

Le llamaban Feliu de chico que era, porque su nombre era Rafael, y siendo tan pequeño, pues Rafeliu, y de Rafeliu al final se quedó Feliu. Fue menudo hasta los trece y de ahí en adelante empezó a desarrollarse y se convirtió en un hombretón robusto y saludable. Feliu nació en la Huerta y se crio en ella, y le parecía que estaba en el lugar más bonito del mundo, aunque a veces, le asaltaba la duda si esto sería porque no había visto otra cosa. Dudaba que hubiese otro lugar con un cielo más azul y una luminosidad como la de su tierra.

Los campos con el incipiente sembrado y aquellos almendros floridos de febrero en calma, nevando con sus pétalos de pura blancura el verde tierno del suelo, eran para él la suprema belleza de la naturaleza palpitante. Feliu subía a las torres de defensa, fortalezas de 1594 que seguía en pie intacta su construcción, a contemplar el maravilloso espectáculo de la aurora, y veía con emoción infinita emerger el encendido disco del sol de entre las aguas del Mediterráneo, transparentes aguas en las que disfrutaba nadando casi todos los días del año. Su tierra era fértil y en ellas se producían diversas y apreciadas hortalizas que viajaban a países lejanos.

Su tierra era maravillosa, pero un día tuvo abandonarla, sonó el siniestro clarín de la guerra y pletórico de fuerza e ilusiones, marchó al combate. Allí se distinguió por su entrega y bravura por lo que obtuvo recompensa en honores y estrellas, pero como tras mucho pelear perdió la última batalla, tuvo que refugiarse en un país amigo que le dio cobijo y tras veinte años de nostálgica ausencia, regresó a sus lares.

Llegó a la ciudad una mañana lluviosa y fría de diciembre y dejando la estación del ferrocarril tomó el tranvía número cuatro que le llevaría hasta su amada Huerta. Nada más salir de la ciudad comprobó que había muchos claros en los campos de almendros. Algunas parcelas incultas y nuevas edificaciones, así como algún aumento en el tráfico de vehículos en la antigua N-332.

Elvira, esposa de Isidro en la Albufereta (Alicante). AMSJA

Ya en plena Huerta grandes plantaciones de tomates como jamás había visto antes. Cuando llegó a su casa sus padres ya no estaban presentes, y los demás familiares le reconocieron porque llevaba una maleta con pegatinas extranjeras. Sus cabellos eran totalmente blancos y había perdido el aspecto de hortelano de antaño.

Al día siguiente, ansioso como estaba de ver la Huerta, a ella se encaminó, y pronto comprobó que ésta había iniciado su desaparición, pues aunque existían algunas plantaciones importantes de tomates de foráneas compañías, la desaparición de casi la mitad de almendros era notoria y los trabajos de podas y labranzas distaban mucho de los tiempos de su juventud. Feliu observó las nuevas edificaciones y los muchos automóviles con matrícula extranjera que paseaban por allí, como también observó que el cielo seguía siendo el azul de siempre y el sol, era el implacable Lorenzo de los antiguos días de siega y de trilla y comprendió, que su amada Huerta había iniciado el seguro camino que le llevaría a ser una esplendorosa zona de progreso y turística de fama internacional.

No se equivocó Feliu, porque en tierras que campeaba la regaliz y anidaba la alondra hay hoy campos de golf, donde el camino del antiguo Raiguero a la playa de la Huerta, hay una espaciosa vía de moderna estructura, o en el almendral de Sarrió la más hermosa avenida.

Isidro Buades Ripoll. Cronista Oficial de Sant Joan d’Alacant

 

¿Sabías que ...?

Don Isidro Buades Ripoll fue nombrado Cronista Oficial de la Villa de Sant Joan d’Alacant el 24 de noviembre de 1992. Casi un cuarto de siglo después sigue comprometido en la causa y al servicio del pueblo que le vio nacer. D. Isidro Buades es una de las personas más importantes, queridas e imprescindibles para conocer lo que fue y, por lo tanto, lo que es hoy en día el municipio de Sant Joan d’Alacant, su Huerta y sus costumbres. En la actualidad la Concejalía de Cultura a través de la Biblioteca Municipal ha digitalizado toda la obra de D. Isidro, además de los boletines de la Asociación Cultural Lloixa.

 

 

D. Isidro nació el 12 de noviembre de 1928 en la Huerta de Alicante, en la finca y torre Santiago de la Albufereta en tierras del municipio alicantino pero pertenecía a la Parroquia de Sant Joan d’Alacant, con lo cual, ha estado conviviendo entre los municipios vecinos. D. Isidro vivió de la agricultura hasta que cumplió 25 años para más tarde, dedicarse al sector del transporte. Con los años la vinculación con el municipio santjoaner fue mayor, su residencia, nacimiento de sus hijos y las labores propias de un agricultor como era asistir al mercado del agua o llevar a reparar alguna herramienta del campo o incluso, moler grano en el Molino de la casa de la Maigmona.

D. Isidro a pesar de dejar la Huerta, siempre la tuvo presente, y supo conjugar su verdadera vocación, la escritura, con las tradiciones hortelanas, que plasmó en papel a lo largo de su vida contando historiasque le transmitían las personas mayores.

Cuando el municipio de Sant Joan d’Alacant quedó sin cronista, la corporación municipal no dudó en que él fuera el continuador de esta labor y D. Isidro aceptó con mucho entusiasmo el puesto. El pasado 9 d’octubre del 2011, año en el que se celebraba el vigésimo aniversario de su nombramiento como cronista, se le homenajeó en la localidad, siendo un momento muy emotivo para él y su familia.

D. Isidro fue el séptimo hijo de la familia. Sus padres fueron Dña. Magdalena Ripoll Pérez, buena mujer y excelente madre y D. José Buades Terol, quien fue alcalde pedáneo de Orgegia y de la Albufereta durante el reinado de Alfonso XIII hasta los primeros años de la dictadura franquista. Durante la Guerra Civil, su padre supo mantener el orden constitucional en la partida alicantina protegiendo en su casa a personas perseguidas por su ideología. Debido al respeto que se le tenía, ni él ni sus salvaguardados fueron jamás molestados, independientemente del partido al que pertenecieran.

Asimismo D. José Buades fue vicepresidente del Sindicato de Riegos de la Huerta del Pantano de Tibi y además transmisor y conocedor del Derecho Consuetudinario de la Huerta ‘els Costums’ y por eso, por su seriedad y su hombría de bien, era requerido para resolver problemas de particiones de herencias o en la aplicación de los antiguos derechos y deberes en plantaciones, riegos, pasos, obligaciones con los frutos y cuidado de árboles en linderos y todas las demás formas y maneras de hacer bien las cosas en la Huerta de Alicante. Este conocimiento hortelano lo hereda D. Isidro. El 12 de febrero de 1942 en la Torre Santiago, fallece su padre a los 63 años, quien sería bautizado por la vecindad como el ‘El Pare de l’Horta’. El 11 de mayo de 2012 a petición de la Asociación Alicante Vivo se inauguró el Parque José Buades Terol en su recuerdo.

Sus abuelos maternos se llamaban D. Ramón Ripoll Iborra (Ivorra) y Dña. Magdalena Pérez Gosálvez, una prometedora jovencita que llegó a vivir en la casa de los Condes de Soto Ameno en la finca Soto. Sus abuelos paternos se llamaban Dña. Josefa Terol y Lledó y D. Manuel Buades Baeza.

Isidro Buades y compañía. 1948, Granja Psiquiátrica de mujeres, anterior, Finca Prytz (Sant Joan d’Alacant)

La familia de D. Isidro vinculada a la agricultura tuvo viñedos en la Huerta alicantina de uva monastrell hasta que sucumbió a la filoxera, pero hubo pequeñas viñas en secano que no les afectó. En la finca de la Albufereta de sus padres, donde su abuelo fue, primeramente arrendador hasta que su padre la compró, producían hasta 20.000 litros anuales de vino fondillón que eran vendidos a Francia.

En 1958 Isidro contrae matrimonio con Dña. Elvira García Santonja, mujer muy querida donde destacaba su gran humor. D. Isidro es padre de dos hijas (Ana María y Mª Elvira) y un hijo (José Isidro) que le han proporcionado 5 nietos. D. Isidro, falleció en febrero de 2019 a sus 90 años, ejerció de cronista hasta sus últimos días y a él le debemos toda la herencia hortelana que ha perdurado en Sant Joan d’Alacant y que se encuentra compilada en formato digital para deleite de todos. Gracias D. Isidro por tu generosidad y sabiduría.