OLIGARQUÍA ALICANTINA
A lo largo de los siglos XVIII y XIX se produjo un enorme desarrollo del comercio en Alicante, gracias al cual emergió en la capital una burguesía cuya influencia se extendió a las localidades cercanas. Esta burguesía adinerada comenzó a disfrutar del ocio que se visibilizaba en los cafés, los teatros, las corridas de toros, los baños públicos y en las celebraciones tanto religiosas como profanas, donde destacaron los carnavales, los certámenes literarios y los juegos florales, principalmente. Con ello se pretendía mostrar el estrato social al que se pertenecía, codeándose con las clases acaudaladas de la capital, y buscando un reconocimiento social similar al de la nobleza tradicional.
Plaza de Toros de Alicante. Finales del S. XIX
Es a partir de este momento cuando estas clases acomodadas comenzaron a comprar las mejores fincas de la Huerta alicantina, como signos de distinción social y de riqueza. Se adquirieron villas en las partidas de Orgegia, La Condomina, Tángel, Santa Faz y en los municipios de El Campello, Mutxamel y Sant Joan d’Alacant. Estas fincas no fueron lugares donde sólo pasar periodos cortos de tiempo, sino que se llegaron a ocupar desde los meses de abril-mayo hasta septiembre-octubre, y a veces hasta principios de diciembre. Esta actividad fue conocida entre la burguesía local como el veraneo.
Balneario Diana. Finales del s. XIX, playa del Postiguet (Alicante)
Real Club de Ragatas de Alicante. Finales s. XIX, puerto de Alicante
Muchas de estas residencias privadas se pusieron de moda como centros de reunión social y en ellas se tomaba el café, se organizaban tertulias, recepciones y fiestas así como algún espectáculo musical y teatral. Los eventos se realizaban en los salones o en los espacios abiertos como los jardines de las villas. Algunas fincas poseían sus propios teatros como es el caso de El Conde o La Paz de Sant Joan.
Grabado Finca El del Conde o La Paz en cuyos jardines existía un teatro (Sant Joan d’Alacant)
Todo ello atrajo las visitas de personalidades importantes de la sociedad del momento. Destacan D. Emilio Castelar, D. Benito Pérez Galdós y D. Isaac Peral. Asimismo el poeta y gobernador civil de Alicante D. Ramón de Campoamor y Campoosorio, residió con su esposa Guillermina en la finca O’Gorman, hoy desaparecida, donde escribió algunos de sus poemas más famosos.
A mediados del siglo XIX, la presencia de nobles como el Conde de Casa-Rojas, el Barón de Finestrat, el Marqués de Algorfa, el Conde de Santa Clara y el Marqués de Ríoflorido, evidenciaba la próspera actividad económica de la capital, junto al impulso comercial que la propia Huerta proporcionaba con sus explotaciones agrícolas, con el caso paradigmático de la producción vinícola del Fondillón.
Sección fachada teatro Cervantes en Sant Joan d’Alacant. Proyecto de Juan Vidal, 1925. AMSJA