Refugio Pedro José

La finca Pedro José, hoy Juzgados de Paz, alberga una de las huellas más relevantes que la Guerra Civil ha dejado en el paisaje alicantino: un refugio antiaéreo de tipo túnel protagonista del capítulo final del conflicto.

Este tipo de construcciones, gracias a la modificación de la ley de patrimonio cultural de la comunidad valenciana, son hoy consideradas como bienes inmuebles de relevancia local, y por lo tanto, están protegidas. Hasta no hace muchos años, éstos se encontraban ocultos, pero gracias a los trabajos de recuperación y divulgación de la Memoria Histórica podemos conocer estos elementos, testigos silenciosos de los episodios de los que fueron protagonistas.

 

 

A pesar de que la ciudad de Alicante fue el objetivo de los bombardeos debido a su condición de ciudad de retaguardia republicana durante el conflicto, Sant Joan d’Alacant, como centro geográfico de la Huerta alicantina, fue enclave de varios refugios de carácter privado en fincas incautadas por militares. Entre éstos se encuentra el de la Finca El Reloj, ocupada por el General José Miaja. Además, Sant Joan d’Alacant fue también destino de aquellos alicantinos que, aterrorizados, huían cada noche cogiendo el tranvía para pernoctar en las vecinas localidades de la Huerta alicantina, episodio conocido como “la columna del miedo”.

 

La localización del refugio antiaéreo de la finca Pedro José ha sido posible gracias al trabajo de investigación etnográfica. Este nos ha permitido saber que al inicio de la contienda fue incautada a la familia Ivorra, que se tuvo que trasladar a otra finca y pasó a ser la residencia del teniente de carabineros José Muñoz Vizcaíno, quien mandó construir el refugio antiaéreo bajo la vivienda. Entre las fuentes orales consultadas, destacan la ultima dueña de la finca, Carmen Ivorra y la hija de la casera de la finca, Rafaela Baeza Seva, quienes realizaron una descripción de cómo recordaban la estructura y de las entradas con las que contaba.

A partir de esta información fue posible comenzar la fase de intervención en 2016 y 2017 dirigida mediante una actuación arqueológica de localización de las entradas y excavación del mismo, lo que ha desvelado un refugio antiaéreo con tres entradas: la primera, en la fachada principal de la vivienda; la segunda, en la parte posterior; y una tercera aún sin localizar con exactitud pero que se sabe que estaría conectada con la bodega de la casa. Esta entrada, según las fuentes orales, era de grandes dimensiones, y sería la principal. Las otras dos entradas han sido excavadas desvelándose las escaleras y el pasillo central.

La estancia central del refugio cuenta con una alacena y con una pequeña repisa. Además, se ha descubierto un granero cerrando el pasillo que comunicaría con la bodega. Este granero fue construido en la postguerra, cuando la familia Ivorra volvió a la finca. También se han encontrado algunos elementos que indicarían la presencia de un alumbrado en el interior del refugio.

Más allá de sus características arquitectónicas, este refugio destaca porque fue el escenario del último capítulo de la Guerra Civil: el cambio de poderes de la capital Alicantina, una claudicación diplomática que sellaría el final del conflicto. El representante de Falange en Alicante, José Mallol Alberola, se encargó de negociar con Teniente Coronel de Carabineros José Muñoz Vizcaíno para organizar un final de la Guerra incruento en la provincia. Ésta, se produjo en la bodega del refugio en una serie de entrevistas entre ambos. Una vez que las autoridades alicantinas abandonaron la ciudad, José Muñoz adquirió el cargo de gobernador militar, haciéndose el traspaso efectivo en una oficina de la capital. José Mallol por su parte, adquirió el cargo de gobernador civil estando al mando hasta la entrada de las tropas en la ciudad. Gracias a la autobiografía de Mallol “La Estampida” (2000) se han podido documentar estos eventos históricos, entre otras publicaciones de gran rigor histórico como la publicación de Aldeguer y Santo (1999), “Alicante, 1939”.

En los últimos años, con motivo de la puesta en valor de las huellas del patrimonio defensivo y bélico que han perdurado hasta nuestros días, ha propiciado que gobernantes locales tomen conciencia en su localidad sobre el potencial turístico y educativo que estos recursos tienen en la contribución de los valores simbólicos identificativos de un territorio. Sin duda, el refugio de la Finca Pedro José reúne este potencial además de ser el único excavado en la actualidad en el municipio. Es, por tanto, lógica la propuesta de puesta en valor y musealización del mismo. Con esta propuesta se trata de alcanzar una mayor comprensión histórica y un conocimiento del territorio que comparten Alicante y Sant Joan durante el periodo de la Guerra Civil. Así, el refugio Pedro José pasaría a formar parte como parada esencial de una ruta sobre el patrimonio defensivo de la Guerra Civil entre ambas localidades con el fin de ofrecer un turismo alternativo al sol y playa tan característico de la Costa Blanca.