Residencia de Pensionistas Ferroviarios

El racionalismo es un movimiento de vanguardia que surgió en el marco de desolación y destrucción provocado por la I Guerra Mundial. Se difundió por Europa entre 1925 y 1940. El racionalismo buscaba la estandarización y prefabricación de los elementos constructivos. Se caracterizaba por la supresión del ornamento, la utilización de formas geométricas simples y ortogonales adaptadas a la función de los espacios habitables. Tenía un fuerte componente dinámico y plástico. También se restringía la gama de colores, empleando el rojo, amarillo y azul, junto con el negro, gris y blanco, aunque en España era frecuente usar el ocre y el beige. Prevalecían los nuevos materiales de la época, como el hormigón, el vidrio y el acero. Los edificios racionalistas suelen presentar la planta baja libre, elevada sobre pilotis (pilares), aunque no es el caso de esta residencia. La cubierta plana, presente en esta obra, es otro de los rasgos característicos de este tipo de arquitecturas.

La Residencia de Pensionistas Ferroviarios tiene planta en forma de H, con un eje de simetría norte-sur. Las habitaciones se despliegan en los tres brazos de la construcción. Al tronco central se macla un cuerpo que alberga los servicios comunitarios, donde ubica la cocina y la biblioteca en el sótano, la enfermería y el gran comedor en la planta baja, el gimnasio y la capilla a doble altura en la planta primera, mientras que el coro y los servicios terapéuticos se sitúan en la tercera planta. En las alas laterales se encuentran las habitaciones a las que se accede por un pasillo central, que culminan con unas salas comunes con forma curva, otorgando gran plasticidad al conjunto. Importantes voladizos configuran las terrazas de las habitaciones, acentuando la horizontalidad de la composición gracias a las líneas de sombra, conformando una serie de balcones corridos separados con mamparas.

El clima benigno de Sant Joan y nuestra espléndida localización han propiciado que el municipio se vincule tradicionalmente con la paz y el sosiego. Por ese motivo se han implantado en la población numerosas residencias para las personas mayores. Todo el edificio se proyecta atendiendo a los espacios exteriores, tanto las zonas privadas con sus terrazas como en el resto de estancias que presentan grandes ventanales de madera. Al este de la propiedad aún se conserva un huerto de cítricos y en el noreste se encuentra el jardín de la Pinada. Palmeras y pinos junto con otras especies rodean complejo residencial, convirtiendo sus 188 plazas disponibles en un lugar ideal para colgar los hábitos y dedicarse a la buena vida.